domingo, 3 de febrero de 2019

cuento corto por Jorge Bucay

JUAN SINPIERNAS


(... o el arte de igualar para abajo.)

Juan Sinpiernas era un hombre que trabajaba como leñador.
Un día Juan compró una sierra eléctrica pensando que esto aligeraría mucho su
trabajo.
La idea hubiera sido muy feliz si él hubiera tenido la precaución de aprender a
manejar primero la sierra, pero no lo hizo.
Una mañana mientras trabajaba en el bosque, el aullido de un lobo hizo que el
leñador se descuidara...  La sierra  eléctrica se deslizó entre sus  manos y Juan
se accidentó hiriéndose de gravedad en las dos piernas.
Nada pudieron hacer los médicos para salvarlas, así que Juan Sinpiernas, como
si  fuera  víctima  de  la  profética  determinación  de  su  nombre,  quedó
definitivamente postrado en un sillón de ruedas por el resto de su vida.
Juan estuvo deprimido  durante  meses por  el  accidente y después de un año,
pareció que poco a poco empezaba a mejorar.
No obstante, algo conspiró contra su recuperación psíquica e imprevistamente,
Juan volvió a caer en una profunda e increíble depresión.
Los médicos lo derivaron a psiquiatría.
Juan Sinpiernas, después de una pequeña resistencia, hizo la consulta.
El pisquiatra era amable y contenedor. Juan se sintió en confianza rápidamente
y le contó sucintamente los hechos que derivaron en su estado de ánimo.
El psiquiatra le dijo que comprendía su  depresión.  La pérdida de las piernas -
dijo - era realmente un motivo muy genuino para su angustia.

- Es que no es eso,  doctor -  dijo Juan - mi  depresión  no tiene que ver con  la pérdida de las piernas.  No es la discapacidad  lo que más  me molesta. Lo que más me duele es el cambio que ha tenido la relación con mis amigos.
El  psiquiatra  abrió  los  ojos  y  se  quedó  mirándolo,  esperando  que  Juan
Sinpiernas completara su idea.

- Antes del accidente mi amigos me venían a buscar todos los viernes para ir a
bailar.  Una o  dos  veces  a  la semana  nos  reuníamos  a chapotear  en  el  río  y hacer carreras a nado. Hasta días antes de mi operación algunos de los amigos salíamos  los  domingos  de  mañana  a  correr  por  la  avenida  costanera.  Sin embargo, parece que por el sólo hecho de haber sufrido el accidente,  no sólo he perdido  las piernas, sino que he perdido además  las ganas de mis amigos de  compartir  cosas  conmigo.  Ninguno  de  ellos  me  ha  vuelto  a  invitar  desde entonces. El psiquiatra lo miró y se sonrió...

Le costaba creer que Juan  Sinpiernas no estuviera entendiendo lo absurdo de
su planteo...
No obstante, el psiquiatra decidió explicarle claramente lo que pasaba. Él sabía
mejor que nadie que la mente tiene resortes tan especiales que pueden hacer
que uno se vuelva incapaz de entender  lo que es evidente y obvio.
El  psiquiatra  le  explicó  a  Juan  Sinpiernas  que  sus  amigos  no  lo  estaban evitando por desamor o rechazo.

Aunque fuera doloroso, el accidente había modificado la realidad. Le gustara o
no,  él ya no era el  compañero de elección  para hacer esas mismas  cosas que
antes compartían...
-  Pero  Dr.  -  interrumpió  Juan  Sinpiernas  -  yo    que  puedo  nadar,  correr  y hasta bailar. Por suerte, pude aprender a manejar mi  silla de ruedas y sé que nada de eso me está vedado...
El doctor lo serenó y siguió su razonamiento: Por supuesto que no había nada
en  contra  de  que  él  siguiera  haciendo  las  mismas  cosas,  es  más,  era
importantísimo  que  siguiera  haciéndolas.  Simplemente,  era  difícil   seguir
pretendiendo compartirlas con sus relaciones de entonces.
El  psiquiatra le explicó  a  Juan que en  realidad  él  podía nadar, pero tenía que competir con  quienes  tenían su misma dificultad...  que podía ir a bailar,  pero en clubes y con otros a quienes también les faltaran las piernas... podía salir a entrenarse  por  la  costanera,  pero  debía  aprender  a  hacerlo  con  otros discapacitados.
Juan  debía  entender  que  sus  amigos  no  estarían  con  él  ahora  como  antes, porque ahora las condiciones entre él  y ellos eran diferentes... Ya no eran sus pares.

Para  poder  hacer  estas  cosas  que  él  deseaba  hacer  y  otras  más,  era  mejor acostumbrarse a hacerlo con sus iguales.
Tenía,  entonces,  que  dedicar  su  energía  a  fabricar nuevas  relaciones  con
pares.

Juan  sintió  que un  velo se descorría  dentro  de  su  mente  y esa  sensación  lo serenó.
-  Es  difícil  explicarle  cuanto le agradezco  su  ayuda,  doctor - dijo Juan  - Vine casi  forzado  por  sus  colegas  pero  ahora  comprendo  que  tenían  razón...  He entendido su mensaje y le aseguro  que seguiré  sus consejos,  doctor. Muchas gracias ha sido realmente útil venir a la consulta.-

Nuevas relaciones con pares.
 - Se repitió Juan para no olvidarlo.
Y  entonces  Juan  Sinpiernas  salió  del  consultorio del  psiquiatra,  y  volvió a  su casa...
y puso en condiciones su sierra eléctrica...

Planeaba  cortales  las  piernas  a  algunos  de  sus  amigos,  y  "fabricar"  así... algunos pares.




Por Jorge Bycay


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu mensaje aquí

Actividad para el grupo 3-J material para el vienes 15 de noviembre

    Imprima el material y en clase  recorte y pegue, lea y conteste las preguntas. Después realice la portada del II trimestre incluya imáge...